Desafiando los mandatos de género.
MUJERES EN LA HISTORIA ARGENTINA
Las mujeres, para marcar una diferencia de género y no ser
distinta a todo lo que nos rodea; siempre fueron quizás las ideadoras de
revoluciones para reinvindicar los derechos. Génesis de la lucha por
causas justas, en defensa de la patria, de los derechos de los más
debiles, de nuestros hijos, de nuestros hombres. Siempre buscando
conseguir un espacio, e igualdad de trato, aunque Dios el día de la
creación eligió ponernos en igualdad de condiciones, siendo un
complemento, no podemos negar que siempre desde nuestra posición, damos
examen por cada movimiento, pensamiento o formas de actuar. Cuestión
ultima que no nos perjudica ni debería molestarnos, simplemente que nos
fortalecen, nos ayudan a superarnos.
Pero en la Historia Argentina, podemos descubrir mujeres que en
tiempos menos dóciles encontraron su lugar, encabezaron la lucha por
ubicarse en un lugar dentro de la sociedad, a pesar de los prejuicios y
muchos intentos de transformar esas luchas en oscuridad. Como bien
describe la escritora y periodista Vera Pinchel, y define a “la Historia
Argentina como mentirosa y pacata, no solo por situarla en el
desarrollo en el plano militar como es el caso de las luchas
libertadoras, sino que tambien aquellas batallas victoriosas y derrotas
plenas de heroicidad, omitiendo la lucha femenina”. Como negar la
participación de las mujeres en las batallas entre Federales y
Unitarios; quienes salían a la par de sus hombres con armas en mano, en
defensa de su tierra.
Mas adelante seguramante hablaremos de Eva Duarte de Perón, quien
indiscutiblemente se ha transformado en el simbolo de la lucha femenina,
por haber conseguido voz y voto dentro de la sociedad. Pero desde
tiempos anteriores, si no ubicamos en las invasiones inglesas, tanto
hombres como mujeres, participaron de la lucha con idéntico valor,
Martina Céspedes y Manuela Pedraza que alcanzaron por su bravura los
grados de sargento mayor y alférez, respectivamente.
Las invasiones inglesas fueron el punto de partida de los hechos que
vendrían después. El pueblo aprendió en esa emergencia, que con su sola
decisión y su propio valor podría vencer en cualquier otra
circunstancia. Fue como una toma de conciencia de las propias
posibilidades. El mismo pueblo armado que supo rechazar los invasores
británicos se sublevó luego contra el poder español. Fue en mayo de
1810. En ese momento las mujeres tuvieron a su cargo un papel activo
bastante importante. Algunas de ellas como Francisca Solveyra de
Ibarrola y Agustina Céspedes ofrendaron a sus hijos a la Junta de Mayo.
Hacia 1812, exhaustas las arcas fiscales, hubo necesidad de recurrir a
la ayuda de las mujeres. Una partida de armas indispensables, estaba
por llegar y no había fondos con qué pagarlas. El pedido del Gobierno
hizo que un número muy importante de señoras donara sus joyas.
Ellas fueron: Teresa de la Quintana, Remedios de Escalada, Ramona de
Esquivel, Maria Sanchez de Thompson, Petrona Cárdenas, Rufina de Horma,
Isabel Calvimonte de Agrelo, María de la Encarnación Andonaegui,
Magdalena Castro y muchas otras más, que luego, como consecuencia de ese
accionar fundaron la Sociedad Patriótica.
Cuando el general San Martín decide cruzar la cordillera en busca de
la independencia americana, las mujeres también se movilizaron. Durante
largas jornadas, muchas de ellas cosieron y tejieron las ropas que
necesitaban los soldados para hacer el heroico cruce de los Andes.
Otras, se ocuparon de aprovisionar víveres y donaron como en épocas
anteriores, todas sus joyas. La lista de todas ellas que desde entonces
hasta hoy sigue aportando creatividad, esfuerzo y dedicación es bastante
extensa, las más importantes.
Encarnación Ezcurra (1795-1838). Esposa de Juan
Manuel de Rosas, fue una de las primeras mujeres que supo imponerse en
el discurso político, que hasta entonces había sido exclusivamente
masculino. Su intervención fue decisiva en la llamada Revolución de los
Restauradores, en 1833, que dio por tierra con el gobierno de Balcarce.
Juana Manuela Gorriti. (1818-1892). Esta mujer
escribía y cocinaba con el mismo placer y dedicación. La producción
literaria que llevó a cabo nunca se interrumpió, ni siquiera con el
matrimonio ni la llegada de los hijos. Sus obras más conocidas son: “La
Quena”, la biografía de su ex marido “Isidoro Belzú” que murió asesinado
en 1985 y “Guemes.
Eduarda Mansilla (1834-1892). Eduarda, sobrina
preferida de Juan Manuel de Rosas, estaba casada con un diplomático
Manuel Rafael García y era madre de seis hijos. Un día, viviendo en
París decidió que no podía continuar sin luchar por lo que quería: ver
publicados su libros y entonces tomó una decisión que por entonces fue
duramente criticada. “Me vuelvo a Buenos Aires –comunicó a su familia-
porque yo personalmente me ocuparé de que mis libros se editen. Con
mucho esfuerzo logró que parte de su obra viera la luz: “El médico de
San Luis”, “Lucía Miranda”, “Cuentos para niños”.
Cecilia Grierson. (1859-1934). Fue la primera mujer
que se graduó como médica en Sudamérica. Además de su trabajo, Cecilia
se dedicó a elevar el nivel social de las mujeres.
Alicia Moreau de Justo (1885-1986). Durante toda su
vida luchó por los derechos humanos en la Argentina. Graduada en
medicina, fue una de las primeras mujeres en participar en política y en
1902 creó, junto a otras compañeras “El Centro Socialista Feminista” y
la “Unión gremial Femenina”.
Elvira Rawson de Dellepiane (1867- 1954). Médica
argentina, fue una de las más importantes luchadoras por los derechos
femeninos en su tiempo. Fue la directora de la primera “colonia de niñas
débiles” de Uspallata en 1916.
Virginia Bolten. La mujer que encabezó la primera
marcha que se realizó en Rosario para conmemorar el Día del Trabajador,
el 1 de mayo de 1890. Virginia fue detenida por distribuir “propaganda
anarquista” entre los trabajadores.
Actividad: Elegir a alguna de las mujeres mencionadas en el texto u otra de características similares y ampliar la información.